Relatos de clóset

Mujer en un juego de dominación atada y amordazada por su novio de forma consensuada

Supongo que muchos de ustedes habrán leído o conocen relatos donde las personas salen del clóset. Bueno, ese no fue mi caso. A mi me metieron en un clóset. Pero calma, ya les voy a contar mis relatos de clóset.

Esto me pasó cuando aun estaba tratando de convencer a mi esposo de lo mucho que me gustaban las ataduras y las mordazas.

Por esos días ya me había decidido a contarle lo mucho que me gustaba jugar con cuerdas y hacerlo partícipe de mis aventuras. Pero él no me la ponía fácil. Simplemente no era algo que le llamara la atención.

Esa noche habíamos planeado pasar una muy buena noche. Como yo sé que él se babea por verme en lencería sexy pues me aproveché de eso para ver si lo podía convencer más fácilmente. Y también para fastidiarlo lo más posible, y por supuesto.

Yo ya tenía las cuerdas escondidas en la cama así que las saqué y le toqué nuevamente el tema del bondage pero él siempre me desviaba la conversación. Yo no desistí así que continué en la búsqueda de mi objetivo. Sí, está bien, se que a veces puedo ser un poquito insistente y terca rayando en lo fastidiosa compulsiva. Esa noche tal vez se me haya pasado la mano un poquitín y creo que mi esposo se enojó bastante más que un poquitín.

"Ok. Con que quieres estar atada. Está bien."

Se paró de la cama, me tomó de un brazo con fuerza, me jaló hasta el clóset y me metió en el. Me agarró bastante desprevenida porque no esperaba que hiciera algo así (no tan rápido por lo menos). Me tumbó en el piso del clóset y me ató muy fuerte las manos a la espalda, los pies juntos, y terminó su trabajo con un hogtied. Parecía un competencia de rodeo porque terminó en menos de un minuto. A lo mejor el que estuviera enojado también influyó algo.

Yo lo dejé atarme porque pensaba que iba a pasar algo diferente a lo que pasó. En realidad al final sí pasó lo que debía pasar pero no de la forma esperada. Pero mejor no los enredo más y les sigo contando.

Seguidamente me amordazó con un par de sus corbatas. La verdad eso no iba a ser suficiente para evitar que hablase pero vi su cara de enojado y no quise pasarme de graciosa, luego de lo apretado que ató el hogtied.

"Te gusta estar atada, bueno, disfrútalo. Hasta mañana." Y acto seguido cerró la puerta del clóset y oí sus pasos saliendo de la habitación.

Han oído esa frase que dice algo así como: "átame y haz lo que quieras". La verdad, yo no recuerdo haberle dicho nada parecido esa noche pero fue básicamente lo que me sucedió. Me dejó bien atada de pies y manos dentro del closet y se fue a hacer quien sabe que cosa.

Nunca me había puesto a pensar en lo oscuro que era un closet de noche y con la luz apagada. Me quedé muy calladita tratando de oír sus pasos cuando regresara a la habitación pero parece que él tenía otros planes.

Traté de desatarme pero, para no gustarle el asunto de las ataduras, me ató muy bien. Yo estaba realmente incómoda por el hogtied y algo asustada porqué él nunca había hecho algo así.

Pasaba el tiempo y yo no podía escaparme de sus ataduras. Yo no había planeado pasar la noche atada y amordazada en un closet. Bueno, atada y amordazada sí. Pero no en closet. Yo solo quería pasar una noche romántica con mi esposo. Recuero que pensar en eso me hizo enojar. Y mucho.

Comencé a insultarlo a través de la mordaza. No es que se entendiera mucho lo que decía pero creo que cualquiera hubiese podido interpretar que palabrotas andaba profiriendo. Intentaba patear la puerta del closet pero el hogtied no me lo ponía fácil. Me puse, por decirlo de alguna manera, muy ruidosa.

Al poco rato volvió mi esposo. Suerte para él que estaba atada porque sino la hubiese pasado mal. Yo lo seguía insultando a través de la mordaza. El se arrodilló, me quitó la mordaza y me dio un profundo y largo beso.

No es que no siguiera enojada con él pero por lo menos logró que ya no lo insultara más. Lo que hicimos después sí que me quitó el enojo del todo.

Si me preguntan a mi, yo estuve metida en ese clóset una eternidad. Pero él me dijo que no pasé ni 15 minutos. Yo le creo, pero fueron los 15 minutos más largos de mi vida.

Lo que vino después fue un acuerdo. Cuerdas sí, pero no todo el tiempo. Por lo menos es lo que dejé que mi esposito pensara esa noche. Es importante dejarlos pensar que son los que mandan alguna que otra vez...aunque no sea cierto.


Comentarios

Anónimo dijo…
Muy buen relato! Me imagino aquel hogtied muy restrictivo y tu forcejeando.
Quizá de a poquito le vas metiendo el gusto por tenerte asi a tu esposo... 😅😃
Saludos!
-EI-
JB dijo…
No lo creo. Él es todo un caballero. Solo lo hace porque sabe lo que viene después 😂