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Pandemia, lencería y bondage

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Hola!!! Sí, ya sé que tengo tiempo sin escribir pero entre las obligaciones y la flojera pues no me dejan. En fin, voy aprovechar la oportunidad de contarles una anécdota que, sinceramente, podría ser la definición de “aventura inesperada” (... como todo lo que me pasa a mi en realidad). Prepárense, porque lo que les voy a contar no es precisamente una historia de cuento de hadas, es más bien una de esas historias que te hacen reír, claro, después de haber pasado el susto!   Todo comenzó durante la pandemia. Sí, ese momento glorioso en el que el mundo parecía haberse detenido y todos estábamos buscando formas de no volvernos locas. Como muchas personas, mi esposo y yo tratábamos de mantener las cosas interesantes en nuestra relación. Pero, claro, mi idea de “interesante” a veces va un poco más allá de lo común.   Así que, en medio de la monotonía, decidí que lo que necesitábamos era una aventura de fantasía , algo que hiciera que el corazón se acelerara un poco más. Y, para mi...

Desventuras de una damisela en apuros

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Estaba aturdida y desorientada. Al entreabrir los ojos pude percatarme que yacía en lo profundo de una oscura y húmeda habitación. La oscuridad era tan densa que apenas podía distinguir las formas a mi alrededor. Quise pararme para salir de ese lugar pero inmediatamente noté que algo me lo impedía: mis manos estaban firmemente atadas detrás de la espalda, mis piernas atadas juntas y una mordaza de bola cubría mi boca, silenciando cualquier intento de grito. Otra cosa que noté fue que estaba sin ropa, solo vistiendo en lingerie, medias y liguero . Alguien se había tomado la molestia de desvestirme, atarme y amordazarme muy bien. Me sentía vulnerable y completamente indefensa Mi corazón latía con fuerza, el miedo y la confusión se entrelazaban en mi mente mientras luchaba por comprender cómo había llegado a esta situación. Mientras trataba de encontrar una manera de liberarme, mi mente comenzó a divagar. Recordé los momentos previos a despertar en esta pesadilla...

Fantasías femeninas

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La verdad yo no soy la persona indicada para hablar de fantasías femeninas.   De hecho, si apartamos el tema de que me encanta estar atada y amordazada, en todo lo demás soy bastante aburrida. Hace algunos días andaba navegando por Internet buscando una cosa y terminé siguiendo otra, cosa que normalmente hago.   Así terminé leyendo un post que hablaba sobre fantasías sexuales de las mujeres. Luego me di cuenta que había un montón de estos, y todos ellos decían más o menos lo mismo. Luego de leerlos me sentí algo más anormal que de costumbre porque, la verdad, no me sentí identificada con las fantasías sexuales descritas en esos post. Lo que se acercaba un poquito a alguna de mis fantasías eran las fantasías de dominación. Pero tampoco esta es mi fantasía. Para mi, el fantasear con estar atada y amordazada en el maletero de un coche o en una habitación de hotel no es lo mismo que fantasear con estar en el rol de domina o de sumisa. Tal vez se parezcan algo, pero definitivamen...

Relatos de clóset

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Supongo que muchos de ustedes habrán leído o conocen relatos donde las personas salen del clóset. Bueno, ese no fue mi caso. A mi me metieron en un clóset. Pero calma, ya les voy a contar mis relatos de clóset. Esto me pasó cuando aun estaba tratando de convencer a mi esposo de lo mucho que me gustaban las ataduras y las mordazas. Por esos días ya me había decidido a contarle lo mucho que me gustaba jugar con cuerdas y hacerlo partícipe de mis aventuras. Pero él no me la ponía fácil. Simplemente no era algo que le llamara la atención. Esa noche habíamos planeado pasar una muy buena noche. Como yo sé que él se babea por verme en lencería sexy pues me aproveché de eso para ver si lo podía convencer más fácilmente. Y también para fastidiarlo lo más posible, y por supuesto. Yo ya tenía las cuerdas escondidas en la cama así que las saqué y le toqué nuevamente el tema del bondage pero él siempre me desviaba la conversación. Yo no desistí así que continué en la búsqueda de mi objetivo. Sí, ...

Un cuento de chantajes, cuerdas y mordazas

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"Ya sabes lo que tienes que hacer" Eso era todo lo que decía el email pero venía acompañado de algunas fotos mías muy reveladoras que quería evitar a toda costa que se hicieran públicas. El pervertido de mi jefe me montó una trampa perfecta para poder chantajearme. Siempre se me había insinuado, más aun luego de que se enteró por una indiscreción de mi parte que me gustaba mucho el juego de las ataduras y las mordazas. Siempre lo había rechazado, pero ahora ya no puedo. Ahora todo es diferente. Todo cambio de una situación muy molesta e incómoda a un verdadero peligro de terminar en la cárcel por sus mentiras bien elaboradas. Ahora solo quiero que se acabe esta pesadilla pero dentro de mi sé que solo es el principio. Parada frente al espejo de la habitación de ese hotel de mala muerte era la enésima vez esa noche que releía ese nefasto email en mi celular. Me veía a mi misma, cubierta por una bata larga, víctima de toda esta situación que mi misma imprudencia creó. Él fue muy...